Ser docente en el siglo 21 se ha convertido en una tarea muy
difícil con el pasar de los días. Más aun si se trata de un profesor de música
en Venezuela. Especialmente aquellos que trabajan en instituciones
púbicas y con jóvenes provenientes de los rincones más pobres de la población.
Por una parte se encuentran hiperexigidos en lo que a dinámica del pedagogo de
la contemporaneidad se refiere y les toca adaptarse a una sociedad
que se encuentra en constantes cambios. Por otra parte, un gran porcentaje de
maestros venezolanos se encuentran amenazados por un sistema de gobierno que no
toma en cuenta la importancia de la educación en términos generales y solo busca
que el aula y la docencia se conviertan en un medio para la ejecución de una
propaganda política.
Los valores forman una parte fundamental de la
educación en todos sus ámbitos pero estos poco a poco se han ido deteriorando
ya sea porque una familia no está bien estructurada, el contenido obsceno de
las redes sociales y el mal uso que le dan al mismo o las acciones políticas
transmitidas en televisión que solo hacen referencia al delito, destruyendo así
todo el esfuerzo de los educadores a través de los años, lo cual parece que los
maestros se enfrentan a un sistema de gobierno que solo hace propaganda a la
violencia y los antivalores.
En particular, el maestro de música venezolano lleva
a cabo una función extraordinaria, por ende debería ser una de las profesiones
mejor remuneradas. De hecho, en otros países este rol posee gran valor ya que
requiere de mucho trabajo y reciben un reconocimiento justo por sus servicios.
Aquellos que enseñan esta labor a adolescentes
merecen un exhaustivo reconocimiento ya que en esta etapa de la vida, es
lamentable que solo estén rodeados de violencia, drogas y embarazos a temprana
edad, sin que la política tome acciones ante esta problemática. Además, muchos
jóvenes provenientes de familias desestructuradas ven esta educación basada en
leyes como la única salida a los elementos malsanos de la colectividad y así
progresar de forma honesta e integral, dejando de lado las actividades
extracurriculares como la música, que para algunos puede considerarse un escape
a todos sus problemas.
El maestro de música en la contemporaneidad
venezolana ha de enfrentarse constantemente a retos o situaciones inéditas que
lo obligan a ser adaptable y creativo. Nunca antes se le había exigido tanto a
un docente como en los tiempos de ahora. Incluso el ser arriesgado con la
creatividad es una forma de poder sobrellevar los obstáculos que se le
presentan a quienes ejercen esta hermosa labor como lo es enseñar sobre música.
Orquesta Sinfónica de Venezuela,
presentación pedagógica.
Es completamente lamentable que a un instructor
se le obligue a pertenecer a un partido político y ser esclavo de una
ideología, acabando así con los ideales sociales como lo es la transparencia y
la pureza. Además, inculcarle a los jóvenes que seguir esta ideología política
es su único escape para el progreso y no darle valoración a la enseñanza de
actividades extracurriculares como lo son la música y arte, es lo mas
denigrante que puede existir en la humanidad, olvidando los verdaderos
elementos que son trascendentales en nuestro paso por la tierra.
Poco a poco, la formación de ciudadanos
integrales completos va quedando a un lado y ya no es prioridad en un país tan
fracturado y lleno de conflictos.Entrevista a la Prof. Militza Mendez, quien ejerce como maestra de música en la Unidad Educativa Colegio "Santa Luisa"